Juan Pablo Sotomayor Riquelme

Luis Pasteur, Domingo 10 de Septiembre de 2006
20:30 PM

Eventos destacables del 4 al 10 de Septiembre: salida con el curso al Cariola; normalidad que requiere tiempo; misa en comunidad de San Juan

Querida familia y queridos amigos:




Ha transcurrido una semana más y les puedo decir que seguimos subiendo con pendiente positiva, con avances diarios en las cosas habituales de la vida de Juan Pablo. Todo le toma más tiempo en comparación con el resto de nosotros, pero la determinación y el querer hacerse cargo prima y hace que siga con avances.

Ha continuado en el gimnasio sólo en las tardes y no han sido necesarias las sesiones de refuerzo de transferencias en que estaba hasta la semana pasada. Los traspasos están bien y aunque no se ponga en la posición correcta a veces, logra el resultado. Ha tenido los controles médicos que se han establecido y salvo una pequeña infección está progresando bien según el equipo médico. La autovalencia se nota ya en cosas concretas. Un ejemplo: en la mañana lo desperté a las 6:30 AM y no le dejé preparado todos los elementos del sondeo. Se levantó de la cama y fue a buscar lo que le faltaba. Luego, se acostó de nuevo, se sondeó y siguió durmiendo. Su frase típica está siendo “yo puedo solo”.

La actividad del colegio está normalizada, con la única diferencia que tiene menos horas de clase. Ya ha estado estudiando para pruebas y este fin de semana le dedicamos tiempo a Matemáticas. En la semana fue al teatro Cariola con su curso y entre todos resolvieron los desafíos de subirse y bajarse del bus. En el teatro tuvo menos problemas de desplazamiento y quedó contento de este nuevo episodio de realidad en Santiago.

Hoy domingo fuimos a misa de 19:30 horas, por primera vez desde el accidente. Fue un camino más bien corto en que pudo pasar de aceras sin mayor problema y entrar a la iglesia a través de la rampa existente. Nos quedamos eso sí en la última fila, una mezcla de no estar tanto en el foco como de no querer estorbar. Fue un momento muy emocionante cuando decidió ir a comulgar. Sentimos un nudo en la garganta cuando se acercó por el pasillo central y llegó haciendo fila hasta la diácono quien le dio la comunión, y luego volvió dándole impulso con energía a su silla. En la vuelta a casa nos encontramos con algunas dificultades porque la gente se estaciona en cualquier parte y tapa con sus autos los accesos a las aceras. Aparte de esto, fue normal y para él un momento importante encontrarse con autos a nivel de la calle. No mencionó lo del accidente pero estoy seguro que lo pensó más de una vez cuando atravesábamos Luis Pasteur.

Muy agradecidos del Señor de estos avances. Cuando se acuerden, hagan una oración por Juan Pablo y pidan junto con nosotros la intercesión del papa Juan Pablo II para su recuperación.

Un fuerte abrazo a todos

Lionel y Nancy